Ante la disrupción social acontecida en los últimos meses el alumnado necesita interactuar en un entorno con estímulos positivos que enriquecerá sin duda su aprendizaje.
Las prioridades han cambiado, vivir el presente, pero poner foco en el futuro parece ser una mezcla difícil pero posible.
El alumnado de FP necesita certezas, sentirse parte del cambio y demanda retos a corto plazo para obtener resultados en un tiempo más cuantificable.
Siendo el objetivo de este tipo de formación, aprender haciendo, se impone una realidad más integrada en la práctica.
Por otro lado, las empresas demandan profesionales líquidos, tenemos ante nosotros el equilibrio perfecto, la FP Dual.
Para conseguir conectar de nuevo con los alumnos hay que enseñarles a desconectar, para avanzar hay que desaprender, esos modelos de formación a los que estábamos acostumbrados y centrar nuestros valores diferenciales en la realidad de las empresas.
Nuevo planteamiento, la FP dual. Tenemos que unirnos los centros educativos y empresas para aportar una nueva propuesta de valor.